Las chapas radiantes de aluminio se unen a los tubos de acero fino para alcanzar una óptima conductividad térmica.

Tras la colocación manual, las láminas se presionan con fuerza controlada mientras los mandriles penetran en los tubos de acero fino. Cuando se alcanza la posición final, los mandriles se abren hidráulicamente para ensanchar el tubo. A continuación, los mandriles abiertos se retraen mientras se aplica lubricante. El lubricante se recoge y se vuelve a suministrar al grupo. La fuerza de la abertura se puede ajustar mediante un tope.